Por Anaíz Quevedo. Publicado en el Diario 2001 el 14 de febrero de 2016
Cuando termina aquella relación que en su momento nos hizo ver fuegos artificiales y jurar amor eterno, en ocasiones el final viene junto a la cortesía y el cariño de dos seres que compartieron buena parte de sus vidas. Pero no siempre es así, no todos estamos listos para dejar ir al otro.