Por Anaiz Quevedo

Hay momentos en la vida en los que se nos mueve el piso, debemos comenzar de nuevo o vemos como muchas cosas se escapan de nuestro control.

Muchos venezolanos sentimos eso en estos momentos. Sea cual sea tu manera de pensar,  el país ha atravesado por sendos cambios. El tema social y económico puede que haya movido todos tus cimientos y debes batallar contra el desgaste y la frustración para no perder la esperanza.

“Cuando crees que nadaste lo suficiente para llegar a la orilla, pareciera que ésta  se alejara más y más, esa es la sensación que tengo en el país” me comentaba una persona en consulta.

Como ya hemos comentado en varios de nuestros escritos la primera clave para no desgastarse es  tener claro que cambios están realmente bajo nuestro control y cuáles no.

Vivir en el presente es otra clave. “ES que éste presente no  me agrada”,  he tenido esta frase por respuesta.  Puedo entender que no te guste lo que vives actualmente, y que prefieras rememorar el pasado  o un futuro distinto. Desde allí no estás disponible aquí y ahora.

Busca alternativas viables. Momentos como estos nos impulsan a ser creativos, a innovar, a salir de la zona de confort y a alinearnos con nuestro propósito de vida. En muchas ocasiones los giros que la vida nos invita a dar es para reiniciar un camino o para soltar viejas creencias.

Eres responsable de tu propio destino. Si bien es cierto que hay lealtades familiares con las cuales podemos estar trabados en destinos que no son nuestros (quiero hacerlo por mi mamá o papá para que ellos no sufran, no me voy de la casa materna para no dejar a mamá sola, etc)

Lo realmente importante es que cada decisión que tomes tiene consecuencias y que asumir la responsabilidad de lo que pienses, hagas o dejes de hacer es otra clave en estos momentos.

Si bien es cierto que hay cosas macro de las que no eres responsable, comenzar a hacerte cargo de tu destino hará que pase lo que pase afuera, tengas certeza de que estás sostenido(a) por fuerzas más grandes.

En el país ha pasado, guardando las distancias, lo mismo que en una gran casa donde tras una crisis familiar  toca crecer de repente.  Extrañaremos los momentos en que éramos sostenidos por nuestros padres, pero ya es tiempo de hacernos cargo, de depender de nuestras alas y de construir el presente que queremos con lo que realmente tenemos.

Lo realmente importante en estos momentos es entender que hay cosas que cambiaron, eso no significa conformismo sólo comprender y aceptar para avanzar.

Saber que somos capaces de sacar lo mejor, lo positivo de cualquier circunstancia, que somos protagonistas no víctimas.

Todavía hay esperanza, tú puedes hacer la diferencia, haciendo el bien haciéndolo bien. Siendo ético, ofreciendo tu grano de arena. Al que obra bien, le va bien. Valora tu familia, valora tus afectos, valora lo que es realmente importante en esta vida. Esa es la lección más grande en este momento.