Por Anaíz Quevedo Zambrano

¿Cuál es el límite entre cosechar amor propio, poner límites y aceptar que el otro tiene sus propios dolores y hay que perdonar? Me consultaba una persona en terapia recientemente.

Esta pregunta revela cómo  a los seres humanos nos cuesta perdonar.  Vemos todo en blanco y negro, perdono o no, lo acepto o no, lo intento o me retiro, el pasado o el futuro. Perdonar amerita crecimiento, autoestima, confianza, sabiduría

Veo cómo las personas pueden generarse un desgaste poniendo énfasis y su foco en la decisión de perdonar, como si la ansiedad disminuirá solo por tomar una decisión por tomarla, ¿perdonar o no?, ¿alejarse o no? Pero muy pocas personas se detienen a pensar desde que energía se decide. ¿Lo hago desde mi equilibrio? Querer que una relación mejore cuando aún no se han resueltos rabias, dolores es como querer llegar a un destino sin transitarlo. Es querer que otros con una varita mágica resuelvan tus asuntos, lo cual es muy típico en la infancia. Pero cuando se es adulto se requiere crecer y transformar. Sabemos que ambas cosas generan temores. Porque asusta crecer y cambiar.

El Amor hacia uno mismo, pasa por la auto confianza, la auto aceptación y aprobación y por supuesto por aprender a poner límites a las conductas tóxicas de los demás. Pero primeramente hay que ponerle límites asertivos a nuestra propia mente, en ella habitan las creencias más aterradoras.

Hay conductas de otros que muestran cosas de nosotros mismos y hay que ser muy sabios para verlo sin que eso te perturbe. Una vez que, con humildad, esto es visto e internalizado, ya no nos afecta que ocurra afuera. Si la conducta del otro continua, tu amor hacia a ti te guiará a entender que él otro tiene sus dolores y que debes continuar tu camino sin él o ella. Pueden incluso transitar juntos el recorrido pero será tu decisión si te dejas afectar por conductas de terceros.

El Amor hacia ti pasa por perdonarte y perdonar. Las rabias van a venir, las emociones tienen la característica de llegar sin aviso. El asunto es que alimentar una rabia, guardarla, multiplicarla, si a alguien puede hacer un daño terrible es a ti. Y eso es baja autoestima. El adulto actúa, resuelve, decide y no se engancha en una decisión tomada. Confía. Rumear (pensar y pensar sobre un tema pasado o futuro), hace que no estemos disponibles en el presente.

Prueba a perdonarte, prueba a perdonar y seguir tu camino más liviano(a) amándote y agradeciendo por la lección aprendida: “gracias a lo que ocurrió sabré poner límites oportunamente, yo valgo, yo merezco y sé que los demás también valen y merecen y por esta razón soy capaz de decir con respeto, cuándo siento que algo es tóxico para mí sin que por ello pierda de vista que el otro es capaz de transformarse como yo también he sido capaz de hacerlo.

Cuando perdono, suelto un peso que me estaba haciendo mucho daño. Dejo ir aquel dolor que no permitía volver al Amor. Hay daños muy profundos y en ocasiones parece que esa persona que tanto pareciera habernos perjudicado no se merece nuestro perdón. Sin embargo para avanzar es esencial liberar la rabia porque es a ti a quien está bloqueando.  Suelta, libera y confía en que estás sostenido(a) por Dios y que vendrán capítulos mejores en tu vida.

Para acercarte más  a estos temas puedes escribirnos a consultas@integrandolavida.com